sábado, 1 de marzo de 2008

Conmemoración del 10 de Octubre (desde el exilio)



Discurso de José Martí (fragmentos)

... ¿ Por qué estamos aquí ? ¿Qué nos alienta, a más de nuestra gratitud, para reunirnos a conmemorar a nuestros padres ? ¿ Qué pasa en nuestras huestes, que el dolor las aumenta y se robustece con los años ? ¿Será que, equivocando los deseos con la realidad, desconociendo por la fuerza de la ilusión o de nuestra propia virtud las leyes de naturaleza que alejan al hombre de la muerte y el sacrificio, queramos infundir con este acto nuestro, con este ímpetu, con este anuncio, esperanzas que son culpas cuando pueden costar la vida al que las concibe, y el que las pregona no puede realizarlas ? ¿Será que sometiendo como vulgares ambiciosos el amor patrio al interés personal o la pasión de partido, estemos tramando con saña enfermiza el modo de echar inoportunamente sobre nuestra tierra una barcada de héroes inútiles, impotentes acaso para acelerar la agregación inevitable de las fuerzas patrias, aun cuando llevasen, con la gloria de su intrepidez, el conocimiento político y la cordial grandeza que ha de sustentarla? No: ni la debilidad nos trae aquí, ni la temeridad. ¿No nos afligimos, no nos buscamos unos a otros, no nos adivinamos en los ojos un llanto de sangre, no andamos con la mano impaciente, con el dolor de la carne herida en nuestra carne, en cuanto sabemos de alguna nueva tristeza de la patria, de algún peligro de los que allá viven, de una ofensa a los que allá nos desconocen, del sacrificio estéril de algún valiente infortunado ? ¿No nos regocijamos noblemente cuando se espera de nuestros mismos dominadores una concesión de justicia, un bien parcial, que aunque lastime nuestras aspiraciones grandiosas, aunque retarde nuestro ideal absoluto y nuestra vuelta al país, le prometa sin embargo una calma relativa -de que no queremos gozar nosotros? ¿ No nos agitamos, no perdemos el interés en nuestro quehacer usual, no sentimos, cuando sabemos que hemos de reunirnos para estos actos nobles, como más claridad, como más ternura, como más dicha, como más elocuencia, como una verdadera resurrección en nuestras casas ? ¡ Pues por eso estamos aquí: porque la prudencia puede refrenar, pero el fuego no sabe morir; porque el amor por nuestro país se nos fortalece con los desengaños, y es superior a todos ellos; porque el pesar de vernos ofendidos por los que no saben imitar nuestra virtud, es menos poderoso que este impulso de los que morimos en silencio fuera del suelo natal, para prolongar siquiera la vida recordándolo; porque tal vez divisamos el peligro, y nos aparejamos a ser dignos de él !

Ese impulso nos arrastra; nos pone en pie, como si viviéramos aún, devuelve a nuestros labios la palabra, cansada ya de torneos pueriles: ¿qué somos nosotros más que lo que nos decía esta noche un anciano respetable, qué somos nosotros más que "mártires vivos"? Vivimos entre sombras, y la patria que nos martiriza, nos sostiene, con la señal del cuchillo en la garganta, con los vestidos sirviendo de últimos manteles a los ladrones, comida hasta la rodilla -¡ hasta la rodilla no más !-de gusanos, la imagen de la patria siempre está junto a nosotros, sentada a nuestra mesa de trabajar, nuestra mesa de comer, a nuestra almohada. Desecharla es en vano; ni ¿quién quiere desecharla ? Sus ojos, como los ojos de un muerto querido, nos siguen por todas partes, nos animan cuando estamos honrándola con nuestros actos, nos detienen cuando nos sentimos tentados a alguna villanía, nos hielan cuando pensamos en abandonarla. ¡ Cierra los ojos y parece que se cierra la vida ! Queremos ir por donde nos manda el interés, y no podemos ir sino por donde nos manda la patria.

Fragmentos de Discurso pronunciado en Masonic Temple, Nueva York, el 10 de Octubre de 1887. Tomo IV, pp.213-226- (continuará)

3 comentarios:

Dago Torres dijo...

Querido amigo Zunzundaba, no puedo menos que decir que es una genialidad, otra mas, como Marti resume ese amor a la Patria, que nos acompaña siempre como sombra adonde vayamos. Es cierto eso. Nos habla en la noche y en la mañana y no podemos muchas veces hacer lo que querramos, sino que inconscientemente terminamos haciendo lo que sea mejor para esla islita que llevamos en el corazon, y que termina gobernando nuestras vidas, para nuestro privilegio

Anónimo dijo...

Te leí la petición de las canciones de Guillén en el blog de Yoani. En el Ares tienes la discografía completa de Ana Belén. Si no sabes o no puedes usarlo, te las puedo enviar a tu e-mail, pero dime los nombres de las canciones o del LP completo que quieres, para bajarlas. Contéstame aquí, no me gusta dar mi e-mail en público. ¿En qué parte de España vives? Saludos.

y con alias. dijo...

Gracias bayamesa, el Ares no lo conozco y con el Emule varias veces he bajado lo que dicen allí ser la discografía completa de Ana y Víctor y sí vienen todos sus discos, pero los de aquella primera etapa cuando eran muy jovencitos y viajaban a Cuba no vienen.
Son las canciones que ellos hicieron al musicalizar algunos poemas de Guillén como la del Marine Americano, la de blanco,negro,chino con nuestras manos tendidas ... la del soldado que dice no sé por qué piensas tú, soldado que te odio yo...esas son las que más recuerdo.
Vivo en Salamanca y mi email es
zunzundab@gmail.com
Gracias y un saludo afectuoso.