domingo, 30 de marzo de 2008

La ReVOLuCIóN eS MiTAd y MiTAd



TODA REVOLUCION HA FRACASADO EN EL MUNDO HASTA AHORA, POR LA SENCILLA RAZÓN DE QUE LAS PERSONAS QUE HICIERON LA REVOLUCION TIENEN UN TIPO DE HABILIDAD, Y LAS PERSONAS QUE PUEDEN CONSTRUIR UN PAÍS, CREAR UN PAÍS, CREAR RESPONSABILIDAD EN LA GENTE, SON UN GRUPO DIFERENTE. NO PARTICIPAN EN LA DESTRUCCION, EN EL ASESINATO, PERO NO PUEDEN LLEGAR AL PODER. EL PODER VA A LAS MANOS DE LOS QUE HAN LUCHADO. DE MODO QUE, NATURALMENTE, TODA REVOLUCION ESTÁ INTRÍNSECAMENTE DESTINADA A FRACASAR.
A LOS REVOLUCIONARIOS DADLES HONORES, DADLES PREMIOS, DADLES RECOMPENSAS, GRANDES CERTIFICADOS ESCRITOS CON LETRAS DORADAS PARA QUE LAS PONGAN EN SUS CASAS… PERO NO LE DEÍS PODER.
LA OTRA MITAD SE PUEDE COMPLETAR, PERO NO LA PUEDEN HACER LAS MISMAS PERSONAS QUE HAN HECHO LA REVOLUCION. LA OTRA MITAD REQUERIRÁ UN TIPO DIFERENTE DE INTELIGENCIA, DE SABIDURÍA,NO DE LAS PERSONAS QUE MATAN Y PONEN BOMBAS Y QUEMAN TRENES, Y CUARTELES …NO SON LAS PERSONAS. LA OTRA MITAD SE PUEDE COMPLETAR CON PERSONAS CREATIVAS E INTELIGENTES PARA AYUDAR AL PAIS DE TODAS LAS MANERAS POSIBLES: TRAYENDO NUEVA TECNOLOGÍA, NUEVOS METODOS DE AGRICULTURA, PERSONAS QUE PUEDAN ABRIR LAS PUERTAS DEL PAÍS PARA QUE EL MUNDO ENTERO INVIERTA EN ÉL.
Osho

miércoles, 26 de marzo de 2008

DeTAlleS LiBeRTaRioS


"La próxima vez que esté usted a punto de ceder a los autoritarios, que además sean símbolos de autoridad, o a leyes determinadas sólo porque son leyes, recuerde que en el estado de Massachusetts aún existe una ley que declara ilegal sentarse en un retrete redondo"

W.W.Dye

jueves, 6 de marzo de 2008

Sobre la superación personal


El Poema del Niágara (fragmentos)


Mas, cuánto trabajo cuesta hallarse a sí mismo ! El hombre apenas entra en el goce de la razón que desde su cuna le oscurecen, tiene que deshacerse para entrar verdaderamente en sí. Es un braceo hercúleo contra los obstáculos ¡ que le alza al paso su propia naturaleza y los que amontonan ideas convencionales de que es, en hora menguada, y por impío consejo, y arrogancia culpable, -alimentada. No hay más difícil faena que esta de distinguir en nuestra existencia la vida pegadiza y postadquirida, de la espontánea y prenatural; lo que viene con el hombre, de lo que añaden con sus lecciones, legados y ordenanzas, los que antes de él han venido. So pretexto de completar al ser humano, lo interrumpen. No bien nace, ya está en pie, junto a su cuna con grandes y fuertes vendas preparadas en las manos, las filosofías, las religiones, las pasiones de los padres, los sistemas políticos. Y lo atan, y lo enfajan: y el hombre es ya, por toda su vida en la tierra, un caballo embridado. Así es la tierra ahora una vasta morada de enmascarados. Se viene a la vida como cera, y el azar nos vacía en moldes prehechos. Las convenciones creadas deforman la existencia verdadera, y la verdadera vida viene a ser como corriente silenciosa que se desliza invisible bajo la vida aparente, no sentida a las veces por el mismo en quien hace su obra cauta, a la manera con que el Guadiana misterioso corre luengo camino calladamente por bajo de las tierras andaluzas. Asegurar el albedrío humano; dejar a los espírutus su seductora forma propia; no deslucir con la imposición de ajenos prejuicios las naturalezas vírgenes; ponerlas en aptitud de tomar por sí lo útil sin ofuscarlas, ni impelerlas por una vía marcada. ¡ He ahí el único modo de poblar la tierra de la generación vigorosa y creadora que le falta ! Las redenciones han venido siendo teóricas y formales: es necesario que sean efectivas y esenciales.
Ni la originalidad literaria cabe, ni la libertad política subsiste mientras no se asegure la libertad espiritual. El primer trabajo del hombre es reconquistarse. Urge devolver los hombres a sí mismos; urge sacarlos del mal gobierno de la convención que sofoca o envenena sus sentimientos, acelera el despertar de sus sentidos, y recarga su inteligencia con un caudal pernicioso, ajeno, frío y falso. Sólo lo genuino es fructífero. Sólo lo directo es poderoso. Lo que otro nos lega es como manjar recalentado. Toca a cada hombre reconstruir la vida: a poco que mire en sí, la reconstruye. Asesino alevoso, ingrato a dios y enemigo de los hombres, es el que, so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas, les enseña un cúmulo aislado y absoluto de doctrinas, y les predica al oído, antes que la dulce plática de amor, el evangelio bárbaro del odio. Reo es de traición a la naturaleza el que impide en una vía u otra, y en cualquier vía, el libre uso, la aplicación directa y el espontáneo empleo de las facultades magníficas del hombre !
José Martí

Escrito en 1882, y aparecido como prólogo a la segunda edición Poema del Niágara, de Juan Antonio Pérez Bonalde, publicada en Nueva York en 1883.
Tomo VII, pp. 223-238.

sábado, 1 de marzo de 2008

Conmemoración del 10 de Octubre (desde el exilio)



Discurso de José Martí (fragmentos)

... ¿ Por qué estamos aquí ? ¿Qué nos alienta, a más de nuestra gratitud, para reunirnos a conmemorar a nuestros padres ? ¿ Qué pasa en nuestras huestes, que el dolor las aumenta y se robustece con los años ? ¿Será que, equivocando los deseos con la realidad, desconociendo por la fuerza de la ilusión o de nuestra propia virtud las leyes de naturaleza que alejan al hombre de la muerte y el sacrificio, queramos infundir con este acto nuestro, con este ímpetu, con este anuncio, esperanzas que son culpas cuando pueden costar la vida al que las concibe, y el que las pregona no puede realizarlas ? ¿Será que sometiendo como vulgares ambiciosos el amor patrio al interés personal o la pasión de partido, estemos tramando con saña enfermiza el modo de echar inoportunamente sobre nuestra tierra una barcada de héroes inútiles, impotentes acaso para acelerar la agregación inevitable de las fuerzas patrias, aun cuando llevasen, con la gloria de su intrepidez, el conocimiento político y la cordial grandeza que ha de sustentarla? No: ni la debilidad nos trae aquí, ni la temeridad. ¿No nos afligimos, no nos buscamos unos a otros, no nos adivinamos en los ojos un llanto de sangre, no andamos con la mano impaciente, con el dolor de la carne herida en nuestra carne, en cuanto sabemos de alguna nueva tristeza de la patria, de algún peligro de los que allá viven, de una ofensa a los que allá nos desconocen, del sacrificio estéril de algún valiente infortunado ? ¿No nos regocijamos noblemente cuando se espera de nuestros mismos dominadores una concesión de justicia, un bien parcial, que aunque lastime nuestras aspiraciones grandiosas, aunque retarde nuestro ideal absoluto y nuestra vuelta al país, le prometa sin embargo una calma relativa -de que no queremos gozar nosotros? ¿ No nos agitamos, no perdemos el interés en nuestro quehacer usual, no sentimos, cuando sabemos que hemos de reunirnos para estos actos nobles, como más claridad, como más ternura, como más dicha, como más elocuencia, como una verdadera resurrección en nuestras casas ? ¡ Pues por eso estamos aquí: porque la prudencia puede refrenar, pero el fuego no sabe morir; porque el amor por nuestro país se nos fortalece con los desengaños, y es superior a todos ellos; porque el pesar de vernos ofendidos por los que no saben imitar nuestra virtud, es menos poderoso que este impulso de los que morimos en silencio fuera del suelo natal, para prolongar siquiera la vida recordándolo; porque tal vez divisamos el peligro, y nos aparejamos a ser dignos de él !

Ese impulso nos arrastra; nos pone en pie, como si viviéramos aún, devuelve a nuestros labios la palabra, cansada ya de torneos pueriles: ¿qué somos nosotros más que lo que nos decía esta noche un anciano respetable, qué somos nosotros más que "mártires vivos"? Vivimos entre sombras, y la patria que nos martiriza, nos sostiene, con la señal del cuchillo en la garganta, con los vestidos sirviendo de últimos manteles a los ladrones, comida hasta la rodilla -¡ hasta la rodilla no más !-de gusanos, la imagen de la patria siempre está junto a nosotros, sentada a nuestra mesa de trabajar, nuestra mesa de comer, a nuestra almohada. Desecharla es en vano; ni ¿quién quiere desecharla ? Sus ojos, como los ojos de un muerto querido, nos siguen por todas partes, nos animan cuando estamos honrándola con nuestros actos, nos detienen cuando nos sentimos tentados a alguna villanía, nos hielan cuando pensamos en abandonarla. ¡ Cierra los ojos y parece que se cierra la vida ! Queremos ir por donde nos manda el interés, y no podemos ir sino por donde nos manda la patria.

Fragmentos de Discurso pronunciado en Masonic Temple, Nueva York, el 10 de Octubre de 1887. Tomo IV, pp.213-226- (continuará)