sábado, 14 de junio de 2008

de La SeRviDuMBre HuMaNa



No le gustaba que le reglamentansen el trabajo. Las restricciones le irritaban, y no porque fueran irracionales, sino porque eran restricciones. Amaba la Libertad.


William Somerset Maugham.

1 comentario:

M. dijo...

para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. desde mi boca llegará hasta el cielo lo que estaba dormido sobre tu alma.
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Pablo Neruda

besos!